Hace aproximadamente un año me paseaba entre las callejuelas del barrio de Gion, en Kioto. Aún por la noche esas calles están llenas de turistas que tienen la esperanza de ver pasar a toda prisa a alguna geisha, y aún con turistas gritones ese escenario tiene un encanto especial, con los farolillos y la tenue luz que desprenden en la oscuridad, la infinidad de recovecos, los pequeños establecimientos…
No es fácil ver una geisha, pero yo vi una.
Esta pareja de lienzos está inspirada en aquella geisha y aquellos días, casi están terminados, y me basé en un par de fotografías que encontré buceando por internet.
***Pintura acrílica sobre lienzos de 20x30 cm.
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